jueves, 25 de febrero de 2010

¿Qué es un almacén temporal de residuos radiactivos?

Un Almacén temporal centralizado o ATC es una instalación, generalmente de superficie, destinada a gestionar y almacenar de una forma segura los residuos radiactivos procedentes de reacciones nucleares. Permite gestionar en un único lugar todo el combustible gastado en centrales nucleares y otros residuos similares.



Proyecto de almacén subterráneo.
  • Residuos depositados:

Los ATCs están preparados para albergar residuos radiactivos de alta actividad, y tienen una vida útil de unos 50 años. Los residuos de alta actividad suelen proceder de la actividad de las centrales nucleares y de su desmantelamiento, y su mayor volumen corresponde a combustible nuclear utilizado.
Los residuos de baja y media actividad son aquellos cuya
radiactividad decaerá en un periodo relativamente corto, normalmente menor a 300 años. Estos residuos suelen ser materiales de trabajo expuestos a radiación, como batas, guantes, jeringuillas, viales, filtros, herramientas, lodos y se almacenan en estado sólido, inmovilizados en hormigón, y suelen almacenarse en instalaciones más pequeñas, debido a lo reducido de su volumen.

  • Características:

Se deben distinguir de los almacenes subterráneos conocidos como almacenamiento geológico profundo (AGP), también destinados al almacenamiento de residuos, pero durante un periodo de miles de años.
El ATC suele ubicarse en superficie. Se sitúan en zonas de características geológicas estables, para asegurar en lo posible que no sufrirán importantes movimientos sísmicos que pudieran dañar su estructura.
Su actividad principal es la gestión temporal de los residuos radiactivos de alta actividad. Las principales ventajas que aporta la centralización del almacenaje a otros sistemas son la minimización del número de instalaciones, la optimización de recursos, y la seguridad mostrada desde que comenzaron a utilizarse.
En algunos países con un avanzado sistema de gestión de residuos, como Francia y Reino Unido, el almacén se encuentra junto a una planta de reprocesado, en la que se recupera el plutonio y el Uranio.

  • Centralización:

La construcción de almacenes puede hacerse de forma dispersa (que cada central nuclear construya junto a ella un cementerio donde albergar los residuos de su desmantelamiento) o centralizada en un único lugar para albergar todos los residuos de un país.
La centralización es un sistema más seguro que la dispersión en varias ubicaciones, ya que se optimiza la aplicación de las tecnologías y sistemas de seguridad pasivos y activos. Además supone un gran ahorro económico.

  • Traslado de residuos:

El Consejo de la Comunidad Europea aprobó el 3 de febrero de 1992 una directiva relativa a la vigilancia y al control de los traslados de residuos radiactivos entre Estados miembros o procedentes o con destino al exterior de la Comunidad. El mismo año comenzó a forjarse un acuerdo internacional, conocido como Convención OSPAR, que entre otros pretendía acabar con las prácticas de algunos países de desprenderse de parte de sus residuos hundiéndolos en los océanos.

¿Qué es un cementerio nuclear o almacén de residuos radiactivos?

Cementerio nuclear es un término coloquial en castellano que se refiere a cualquier lugar utilizado para almacenar residuos radiactivos producidos en reacciones nucleares, independientemente de su naturaleza y del tipo de residuo almacenado.
Los residuos radiactivos normalmente constan de una serie de
radioisótopos: configuraciones inestables de los elementos que emiten radiaciones ionizantes que pueden ser nocivas para la salud humana y el medio ambiente. Los isótopos emiten diferentes tipos y niveles de radiación, durante períodos de tiempo distintos para cada uno de ellos.
Bajo el término genérico cementerio nuclear se encuentran las distintas ubicaciones que se han buscado para alojar este tipo de materiales, y que han sido condicionadas por el tipo de radiación de los residuos. Son considerados cementerios nucleares los
almacenes de residuos de baja actividad, los almacenes temporales, los almacenes geológicos profundos y las zonas del fondo oceánico utilizadas para el vertido de residuos radiactivos, denominados en ocasiones almacenes submarinos.



sábado, 20 de febrero de 2010

Definición de los diferentes tipos de radiaciones que nos afectan.


  1. Radiación gamma: La radiación gamma y/o rayos gamma (γ) es un tipo de radiación electromagnética, y por tanto formada por fotones, producida generalmente por elementos radioactivos o procesos subatómicos como la aniquilación de un par positrón-electrón (un positrón es la antipartícula correspondiente al electrón, por lo que posee su misma masa y carga eléctrica (aunque de diferente signo, ya que es positiva). No forma parte de la materia ordinaria, sino de la antimateria, aunque se producen en numerosos procesos radioquímicos como parte de transformaciones nucleares). Este tipo de radiación de tal magnitud también es producida en fenómenos astrofísicos de gran violencia.
    Debido a las altas energías que poseen, los rayos gamma constituyen un tipo de radiación
    ionizante capaz de penetrar en la materia más profundamente que la radiación alfa o beta. Dada su alta energía pueden causar grave daño al núcleo de las células, por lo que son usados para esterilizar equipos médicos y alimentos.


  2. Radiación beta: Su poder de penetración es mayor que las alfa. Son frenadas por metros de aire, una lámina de aluminio o unos cm de agua. Una partícula beta (β) es un electrón que sale despedido de un suceso radiactivo. Por la ley de Fajans, si un átomo emite una partícula beta, su carga eléctrica aumenta en una unidad positiva y el número de masa no varía. Ello es debido a que la masa del electrón es despreciable frente a la masa total del átomo. En cambio, al ser emitida una carga negativa, el átomo queda con una carga positiva más, para compensar el total de la carga eléctrica, con lo cual el número de electrones disminuye. Este proceso es debido a la desintegración de un neutrón en un protón y un electrón (desintegración beta).


  3. Radiación alfa: Es un tipo de radiación poco penetrante que puede ser detenida por una simple hoja de papel. Este tipo de radiación la emiten núcleos de elementos pesados situados al final de la tabla periódica. Estos núcleos tienen muchos protones y la repulsión eléctrica es muy fuerte, por lo que emite una partícula alfa. En el proceso se desprende mucha energía que se convierte en la energía cinética de la partícula alfa, es decir que estas partículas salen con velocidades muy altas.

¿Qué es un residuo radiactivo y como los clasificamos?

Son frecuentemente el subproducto de un proceso nuclear, como la fisión nuclear. El residuo también puede generarse durante el procesamiento de combustible para los reactores o armas nucleares o en las aplicaciones médicas como la radioterapia o la medicina nuclear.

Se suelen clasificar por motivos de gestión en:


  • Residuos desclasificables (o exentos): No poseen una radiactividad que pueda resultar peligrosa para la salud de las personas o el medio ambiente, en el presente o para las generaciones futuras. Pueden utilizarse como materiales convencionales.

  • Residuos de baja actividad: Poseen radiactividad gamma o beta en niveles menores a 0,04 GBq/m³ si son líquidos, 0,00004 GBq/m³ si son gaseosos, o la tasa de dosis en contacto es inferior a 20 mSv/h si son sólidos. Solo se consideran de esta categoría si además su periodo de semidesintegración es inferior a 30 años. Deben almacenarse en almacenamientos superficiales.

  • Residuos de media actividad: Poseen radiactividad gamma o beta con niveles superiores a los residuos de baja actividad pero inferiores a 4 GBq/m³ para líquidos, gaseosos con cualquier actividad o sólidos cuya tasa de dosis en contacto supere los 20 mSv/h. Al igual que los residuos de baja actividad, solo pueden considerarse dentro de esta categoría aquellos residuos cuyo periodo de semidesintegración sea inferior a 30 años. Deben almacenarse en almacenamientos superficiales.

  • Residuos de alta actividad o alta vida media: Todos aquellos materiales emisores de radiactividad alfa y aquellos materiales emisores beta o gamma que superen los niveles impuestos por los límites de los residuos de media actividad. También todos aquellos cuyo periodo de semidesintegración supere los 30 años (por ejemplo los actínidos minoritarios), deben almacenarse en almacenamientos geológicos profundos (AGP).